Formación Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria

CURSO DE NEUROLOGÍA Y PSQUIATRÍA

3. PATOLOGÍAS PSIQUIÁTRICAS

TRASTORNO BIPOLAR

El trastorno bipolar es una enfermedad mental cíclica crónica que se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo, energía y comportamiento. Presentará cuadros de depresión mayor así como episodios de manía/hipomanía no atribuidos a otras patologías o consumo de sustancias. Es una enfermedad crónica, variable, que incapacita la vida de los pacientes. Se suele diagnosticar al final de la adolescencia o principios de la edad adulta.

Se desconoce la etiología de la enfermedad considerándose que intervienen diversos factores tales como genéticos así como alteraciones neurobiológicas. También el estrés, alcohol, drogas o alteración en el ciclo del sueño pueden contribuir en la patología.

Los episodios de manía se caracterizan por un estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable. Se presenta de forma abrupta, incrementándose los síntomas en los siguientes días. El paciente presentará un deterioro de la capacidad funcional. Puede incluir alucinaciones y delirios. Los episodios de hipomanía serán menos intensos.

Los delirios, alucinaciones e intentos de suicidio serán mayores en la depresión del trastorno bipolar.

Más del 80% de los pacientes con trastorno bipolar presentarán más de 4 episodios durante su vida con una funcionalidad normal entre los episodios. La adherencia al tratamiento es fundamental para evitar las recaídas.

El objetivo del tratamiento será la remisión del episodio agudo, así como evitar las recaídas, recuperar el funcionamiento psicosocial, favorecer la adherencia y evitar los efectos adversos. El tratamiento será tanto no farmacológico (psicoterapia, evitar sustancias de abuso, estrés, nutrición, ejercicio así como higiene del sueño) como tratamiento farmacológico.

Dentro del tratamiento farmacológico se incluye:

  • Fármacos estabilizantes del estado de ánimo: litio, ácido valproico, carbamazepina.
  • Antipsicóticos para disminuir los síntomas durante el episodio agudo (aripiprazol, asenapina, haloperidol, olanzapina, quetiapina, risperidona y ziprasidona).
  • Fármacos adyuvantes: antidepresivos y benzodiacepinas.

Una vez que el paciente es diagnosticado de trastorno bipolar se tratará con un fármaco estabilizante del estado de ánimo durante toda la vida.

El litio fue el primer estabilizador del estado de ánimo y sigue siendo la primera línea de tratamiento tanto en la fase aguda como en la fase de mantenimiento. Entre sus efectos adversos destaca la debilidad muscular y letargia, polidipsia, dolor de cabeza y alteración de la memoria. A dosis altas produce toxicidad que puede llegar a ser mortal.

El ácido valproico es también muy utilizado y destacan, como efectos secundarios, las alteraciones gastrointestinales, temblor fino en manos y sedación.

Ideas clave

- La depresión mayor continúa siendo una de las enfermedades mentales más comunes, frecuentemente infradiagnosticada y por ello, no tratada.

- El tratamiento farmacológico será fundamental, especialmente en los episodios de depresión mayor moderada-grave.

- Los antidepresivos actúan sobre diferentes receptores y neurotransmisores.

- Se requiere de una buena adherencia al tratamiento para conseguir el objetivo del tratamiento (remisión de los síntomas y evitar las recaídas).

- Se debe tener precaución con las posibles interacciones farmacológicas así como la retirada brusca del tratamiento que puede provocar el síndrome de retirada.

- Los trastornos bipolares se diferencias de la depresión por presentar además episodios de manía o hipomanía.

- Los fármacos clave en el tratamiento del trastorno bipolar son el litio y ácido valproico.