Formación Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria

CURSO DE OFTALMOLOGÍA-OTORRINOLARINGOLOGÍA

2. OFTALMOLOGíA

2.2. BASES FISIOPATOLÓGICAS

2.2.2. Patologías más frecuentes

2.2.2.1. DEFECTOS DE REFRACCIÓN

La refracción es la relación entre el poder de refracción de la córnea (lente externa) y el cristalino (lente intraocular), con la longitud axial del ojo. Los defectos de refracción (ametropía) son trastornos oculares muy comunes, en los que el ojo no puede enfocar claramente las imágenes. El resultado es la visión borrosa y a veces resulta tan grave, que causa discapacidad visual. La OMS calcula que en el mundo hay 153 millones de personas con discapacidad visual debido a errores de refracción no corregidos.

Aunque los errores de refracción no pueden prevenirse, sí pueden diagnosticarse en un examen oftalmológico y tratarse con gafas correctoras, lentes de contacto o cirugía refractiva.

Los tres defectos de refracción más frecuentes son:

  • Miopía: dificultad para ver claramente los objetos distantes que afecta al 35% de la población.
  • Hipermetropía: dificultad para ver claramente los objetos cercanos que afecta al 20% de la población.
  • Astigmatismo: visión distorsionada debido a la curvatura anormal de la córnea.

Un cuarto trastorno es la presbicia, que tiene como consecuencia la dificultad para leer o enfocar bien a un brazo de distancia. Se distingue de los otros trastornos en que se asocia al envejecimiento y afecta a casi todo el mundo.


2.2.2.2. CONJUNTIVITIS

Es una de las patologías oculares más habituales y consiste en un proceso inflamatorio inespecífico de la conjuntiva del ojo.


http://visionsalud.net/wp-content/gallery/laminas-educativas/tipos-conjuntivitis.jpg

Sus principales síntomas son sensación de cuerpo extraño, hiperemia conjuntival (ojo rojo), secreción y reacción. Al principio son unilaterales, pero pueden evolucionar hacia la bilateralidad. En general, no producen dolor, ni pérdida de visión.

Como se observa en la imagen, según su etiología pueden ser:

  • Infecciosas (más frecuentes) de tipo bacteriano, vírico, parasitario o fúngico.
  • No infecciosas producidas por irritación persistente, reacción alérgica, tóxica o enfermedades sistémicas, entre otras.

Se diferencia de la endoftalmitis en que esta última se caracteriza por una inflamación del globo ocular. Puede estar causada por una infección bacteriana o fúngica grave.


2.2.2.3. GLAUCOMA

Es la segunda causa más frecuente de ceguera en países desarrollados después de la diabetes mellitus. Afecta a entre un 1-2% de la población mundial. Abarca un conjunto de enfermedades de diferente etiología que tienen en común una neuropatía óptica (lesión del nervio óptico) y patrones de alteración del campo visual que con frecuencia se acompañan de aumento de la presión intraocular (PIO).

Se produce por una dificultad en el drenaje del humor acuoso, por lo que el tratamiento de la enfermedad está enfocado hacia la disminución de la producción del humor acuoso y en facilitar la salida del mismo. La PIO está determinada por la velocidad de producción del humor acuoso en el epitelio del cuerpo ciliar y por la resistencia y dificultad en su drenaje.


Figura 1: Circulación del humor acueoso. Tomado de https://www.nei.nih.gov. Figura 2: Proceso glaucomatoso. Tomado de http://www.cepvi.com

A efectos prácticos se pueden distinguir el glaucoma de ángulo abierto (crónico y más frecuente) y el de ángulo cerrado (agudo). La principal diferencia entre los dos tipos es que mientras en el de ángulo abierto los canales de salida del humor acuoso están abiertos y el drenaje es demasiado lento; en el de ángulo cerrado los canales están bloqueados por el iris.


2.2.2.4. RETINOPATÍAS: DMAE

La patología retiniana es muy variada y abarca varias enfermedades, entre las que destacan por su frecuencia, la DMAE o degeneración macular asociada a la edad y la retinopatía diabética de tipo vascular.

La DMAE es un proceso muy invalidante y frecuente que afecta a la mácula a partir de los 50 años de edad y sin causa aparente. Se trata de un trastorno ocular que destruye lentamente la visión central y aguda, lo cual dificulta la lectura y la visualización de detalles finos. Se produce, al parecer, por una incompetencia del Epitelio Pigmentario Retiniano (EPR) para mantener su función. Estas células realizan durante toda su vida una intensa labor de fagocitosis de los segmentos externos de los fotorreceptores que de esta forma son renovados constantemente durante la vida de las personas. Sin embargo, en este proceso de fagocitosis se van acumulando productos de desecho que van progresivamente ocupando el citoplasma de las células y pueden llegar a ser visibles en el fondo del ojo en forma de lo que se denominan drusas.


Figura: rejilla de Amsler, visión con escotoma.


En cuanto a los síntomas, el paciente empieza a ver las líneas rectas, torcidas y los objetos, deformados (metamorfopsia). Más adelante aparece una mancha en el centro del campo visual (escotoma central) que puede acabar aboliendo totalmente la visión central. Aunque la visión periférica suele respetarse, es insuficiente para poder realizar las tareas de la vida diaria.

La DMAE se puede clasificar en dos grandes grupos según su fase evolutiva. La fase inicial o temprana (seca) que se caracteriza por la aparición de drusas y anomalías pigmentarias y la fase tardía (húmeda o exudativa).

  • DMAE atrófica o seca: forma más frecuente de enfermedad y constituye aproximadamente el 80-90% de los casos. También es la forma más benigna y de más lenta evolución que se caracteriza por una pérdida lenta y progresiva de la visión central, conservando la visión periférica.
  • DMAE húmeda (exudativa o neovascular): su presentación es mucho menos frecuente (10-20% de los casos) pero también más agresiva.

2.2.2.5. PATOLOGIA DEL OJO SECO (SOS)

Hasta un 30% de las personas que acuden a la consulta de oftalmología lo hacen por ojos secos. Sin embargo, se manifiesta con gravedad en un porcentaje mucho menor.


Figura: síntomas característicos del ojo seco. Disponible en:https://www.cylex.com.mx/noticias-empresa/okumed_11237565.html


Se define el SOS como una enfermedad multifactorial de la lágrima y la superficie ocular que origina síntomas de incomodidad, alteración de la visión e inestabilidad de la película lagrimal, con posibilidad de daño de la superficie ocular. Está acompañado de un incremento de la osmolaridad lagrimal y de la inflamación de la superficie ocular (DEWS, 2007). Los principales síntomas son picor, dificultad para abrir los ojos por las mañanas, enrojecimiento conjuntival y sensación de arenilla o cuerpo extraño.

Es muy importante averiguar si la molestia de sequedad está asociada únicamente al ojo o es un problema más general, un síntoma de una enfermedad que pueda ser más extensa y más grave (Síndrome de Sjörgren, agentes físicos, infecciones, etc.).
Por tanto, la patología del SOS se podría clasificar en:

  • SOS por deficiencia en la producción acuosa, como por ejemplo el síndrome de Sjörgen (déficit secretorio externo que puede afectar a todo el cuerpo) u otras enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide o el lupus.
  • SOS debido a pérdidas por evaporación siendo las causas más frecuentes, el uso de lentillas o las infecciones oculares (queratitis).

Como se verá más adelante, el tratamiento del ojo seco es difícil y muchas veces frustrante, ya que las causas que lo motivan en la mayoría de las ocasiones no tienen un tratamiento satisfactorio ni específico.