Formación Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria

CURSO EL PACIENTE AMBULATORIO: Atención al paciente ambulatorio, comunicación y entrevista clínica. Adherencia al             tratamiento. Farmacia ambulatoria y nuevas tecnologías.

ADHERENCIA AL TRATAMIENTO

1. INTRODUCCIÓN

La adherencia al tratamiento se puede definir  como la capacidad del paciente para implicarse adecuadamente en el cumplimiento de su tratamiento, convirtiéndose por tanto en uno de los factores más importantes en la efectividad del medicamento. Es más, se puede afirmar que una adherencia sub-óptima conlleva efectos económicos y de salud negativos. La falta de eficacia del tratamiento por incumplimiento hace que el médico, que en muchas ocasiones ignora este hecho, no pueda valorar con claridad la utilidad del tratamiento y piense que el diagnóstico y/o el tratamiento no sean correctos. Esta circunstancia puede condicionar que se someta al paciente a pruebas complementarias innecesarias, a dosis más altas de las habituales o a tratamientos más agresivos, lo que produce un incremento de los riesgos para el paciente(1).

Así se considera que una de las causas más importantes que influyen en el fracaso terapéutico y que dependen directamente del paciente es la falta de adherencia o el abandono del tratamiento como situación extrema. En general, se estima que en tratamientos crónicos la falta de adherencia es frecuente y que tan sólo un 50% de los pacientes con enfermedades crónicas toma su medicación de forma correcta (2). Este problema es de tal importancia que hasta la OMS ha desarrollado un documento sobre la adherencia en tratamientos crónicos, donde se diferencia el término adherencia del término cumplimiento. Así mientras que el término cumplimiento solo refleja el grado en que el paciente sigue las instrucciones del médico, el término  adherencia es más amplio,  considerando además la aceptación de las recomendaciones y el acuerdo por parte del paciente. La OMS (1) define la adherencia como, “el grado en que el comportamiento de una persona (tomar el medicamento, seguir un régimen alimentario y ejecutar cambios del modo de vida) se corresponde con las recomendaciones acordadas por un prestador de asistencia sanitaria”. Por tanto la  adherencia terapéutica no deja de ser un proceso dinámico del cual el paciente es parte fundamental y activa.

Podemos diferenciar dos tipos de adherencia, la adherencia cuantitativa cuando nos referimos a la cantidad de fármaco que toma el paciente respecto al teórico y una adherencia cualitativa cuando nos referimos a la calidad de la toma de dicho tratamiento. La adherencia cualitativa considera la frecuencia de administración adecuada, las restricciones alimentarias y el tipo de olvido, si es puntual, relacionado con los fines de semana o incluso si son interrupciones de tratamiento (número de días completos que no se ha tomado la medicación).

El cumplimiento está relacionado con la efectividad del tratamiento, de forma que la adherencia ha de ser perfecta para alcanzar el objetivo del tratamiento y es fundamental mantenerla en el tiempo para seguir manteniendo el éxito terapéutico. No hay un consenso claro en relación a cuanta adherencia es necesaria o al umbral óptimo de adherencia. En general se considera que un paciente es adherente al tratamiento cuando su adherencia al mismo es superior al 90% (3). De todas formas esto es orientativo, ya que en el caso del tratamiento antirretroviral del VIH, se ha visto que son necesarios niveles de adherencia superiores al 95%(4) para conseguir la máxima efectividad con el tratamiento.

Para optimizar la adherencia del paciente al tratamiento es fundamental la colaboración de todo el equipo multidiscliplinar que atiende a los pacientes (médicos, farmacéuticos, enfermería). Y antes de iniciar el tratamiento se debe identificar los factores modificables que pueden condicionar la no adherencia y ajustar el tratamiento a la medida de cada paciente.

También se ha comprobado que la adherencia suele disminuir con el tiempo(5) por lo que es importante insistir en cada visita en este aspecto. Las intervenciones van a necesitar de recordatorios para mantener la efectividad, ya que los beneficios de éstas sobre el cuidador y el paciente anciano disminuyen con el tiempo. A pesar de todo un correcto proceso de uso de los medicamentos tampoco puede garantizar un 100% de resultados positivos en salud.