Formación Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria

CURSO EL PACIENTE AMBULATORIO: Atención al paciente ambulatorio, comunicación y entrevista clínica. Adherencia al             tratamiento. Farmacia ambulatoria y nuevas tecnologías.

FARMACIA AMBULATORIA Y NUEVAS TECNOLOGÍAS

2. NUEVAS TECNOLOGÍAS

Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se pueden considerar un concepto dinámico en la historia reciente. Por ejemplo, a finales del siglo XIXel teléfono se podía considerar una nueva tecnología según las definiciones actuales. De igual manera, se podría considerar a la televisión en los años 60 e incluso al ordenador personal hacia final del siglo XX. Sin embargo, estas tecnologías en la actualidad han sido sustituidas por nuevas TIC como las páginas web, los blogs, las redes sociales, las aplicaciones móviles (app)...

Aunque todas las TIC están siendo utilizadas en el mundo de la sanidad, las que mayor auge están teniendo en los últimos años son las vinculadas con dispositivos móviles. En este sentido, la salud móvil (mSalud, mHealth) según la OMS se define como la práctica de la medicina y la salud pública soportada por dispositivos móviles como teléfonos móviles, dispositivos de monitorización de pacientes, asistentes personales digitales y otros dispositivos inalámbricos2.

El desarrollo de esta nueva tecnología en los últimos años se debe al aumento de la disponibilidad y utilización de dispositivos móviles (principalmente teléfonos inteligentes) por parte de la población. Así, poniendo de ejemplo las apps móviles se estima que en la actualidad ya hay más teléfonos móviles activos que personas en el mundo y que el 85% de los usuarios accede a internet desde el móvil3. En el caso de España, el 87% de las líneas móviles son teléfonos inteligentes y se estima que 7 de cada 10 españoles que posee uno conecta todos los días a internet a través de este dispositivo. Además, una reciente encuesta de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) señala que el 93,9% de las personas que se conectan a Internet en España lo hace a través del teléfono móvil, siendo este el dispositivo más utilizado4.

Otro factor que explica el crecimiento de las TIC es el hecho de que cada vez se reconoce más la importancia del paciente activo e informado, dado que de él se esperan mejores resultados en salud y mayores beneficios tanto a nivel individual como colectivo. Y, sin duda, las nuevas tecnologías pueden contribuir a conseguir un mayor empoderamiento en salud de la población.

En los últimos años se ha producido un desarrollo masivo de estas nuevas tecnologías relacionadas con la salud. El crecimiento está siendo exponencial, por ejemplo solo en Estados Unidos en el año 2011 había disponibles más de 5800 apps de salud, en 2012 ya eran más de 13.000, a partir de 2013 se contaban más de 23.000 apps5. Actualmente algunas publicaciones estiman que ya se disponen de más de 165.000 apps de salud en todo el mundo6.

El desarrollo masivo de TIC sin una regulación específica ha provocado que se lleguen a difundir algunas herramientas de mala calidad que en el contexto de la salud pueden conllevar problemas serios. Como principales razones de la falta de calidad en las TIC podemos citar:

  • Escasa evidencia de su efectividad.
  • No realiza correctamente la función para la que está diseñada.
  • La información que contiene no está validada.
  • No protege la confidencialidad y privacidad de los usuarios.

En efecto, se están desarrollando TIC que pueden producir un impacto significativo en la salud de los usuarios. En consecuencia, las autoridades reguladoras deberían tener la responsabilidad de evaluar esta tecnología sanitaria como si de un producto sanitario se tratase y regular su acceso al mercado. En este sentido, la FDA publicó en 2015 una guía con directrices para el desarrollo de apps de salud7. Sin embargo, se hace cada vez más necesaria una evaluación objetiva, integral y transparente de las TIC que permita al usuario conocer cuales cumplen unos mínimos estándares de calidad.

En definitiva, la gran utilidad de estas herramientas en el trabajo diario de los profesionales de la salud y en la vida cotidiana de los pacientes plantea la necesidad de saber seleccionar y evaluar críticamente estos recursos.