Nefrología y Urología
3. FISIOLOGÍA DEL APARATO URINARIO
Las diferentes funciones de los riñones, son:
- Eliminación de productos potencialmente tóxicos, ya sean ingeridos o producidos por el metabolismo. Entre estos productos podemos incluir: la urea (metabolismo de los aminoácidos), la creatinina (de la creatina de los músculos), el ácido úrico (de los ácidos nucleicos), la bilirrubina (productos de degradación de la hemoglobina), metabolitos hormonales, fármacos… Los riñones filtran grandes volúmenes de plasma, reabsorben la mayoría de lo que es filtrado, y queda para la eliminación una solución concentrada de desechos metabólicos llamada orina, por lo tanto los procesos básicos involucrados en la formación de la orina son filtración, reabsorción y secreción.
- Control y regulación del equilibrio hidroelectrolítico. Mantenimiento de la homeostasis. Los ingresos hidroelectrolíticos dependen básicamente de la ingesta del individuo. Es necesario que los riñones excreten la cantidad necesaria para que se iguale con los ingresos y así se mantenga el equilibrio. Gracias a esta regulación renal se mantiene la estabilidad necesaria para el correcto funcionamiento celular.
- Regulación del equilibrio ácido-base. Mediante la eliminación de ácidos y el control de sustancias amortiguadoras en los líquidos del organismo, fundamentalmente por la eliminación de ácidos y reabsorción y regeneración de bicarbonato.
- Control y regulación de la tensión arterial. Mediante la excreción de agua y sodio. Otro mecanismo de control de la tensión arterial es mediante la renina.
- Control de la producción de eritrocitos. En los riñones se produce la eritropoyetina, que es una sustancia que estimula la formación de hematíes. Se produce en situaciones de hipoxia.
- Control de la producción de vitamina D. Mediante la producción de 1,25-dihidroxivitamina D3 (calcitrol). Responsable de la absorción de calcio en el tubo digestivo y del depósito de calcio en el hueso.
- Síntesis de glucosa. En ayunos prolongados, los riñones sintetizan glucosa (gluconeogenesis).
La circulación renal es muy importante, ya que moviliza aproximadamente 1200 ml/minuto (refleja aproximadamente el 25% del gasto cardiaco). Este flujo tan grande hace posible el filtrado glomerular, por lo que el 80% de la sangre llega a la corteza, que es donde se encuentran los glomérulos. Esta circulación tiene la capacidad de autorregularse, garantizando un flujo constante con presiones arteriales entre 80 y 180 mmHg.
La formación de la orina definitiva es el resultado de tres mecanismos:
Excreción urinaria = Filtración glomerular - Reabsorción tubular + Secreción tubular
- Filtración glomerular. La sangre que llega al glomérulo, por una diferencia de presiones, atraviesa la membrana glomerular y llega al interior de la cápsula de Bowman.
La cantidad de líquido filtrado por todas las nefronas oscila entre 125-200 ml/min. Esto significa que a lo largo del día se pueden llegar a filtrar 180 litros de sangre. Sin embargo, el ser humano produce al día del orden de 1ml/min de orina lo que equivale a 1440 ml diarios. - Reabsorción tubular. Cuando todo el filtrado glomerular pasa por los túbulos renales, atraviesa: el túbulo proximal, el asa de Henle, el túbulo distal, el túbulo colector y el conducto colector, antes de ser eliminado ya como orina. A lo largo de este recorrido, hay sustancias que se reabsorben en los túbulos y pasan a la sangre, y otras se secretan de la sangre a la luz tubular.
- Secreción Tubular: Ocurre igualmente en los túbulos, desplazándose las sustancias desde el plasma hacia el filtrado tubular.